miércoles, 29 de abril de 2009

Human Influenza Mexico

GABRIELA WARKENTIN* - Ciudad de México - 11/05/2009

Cuando no hay suficientes muertos


La nueva influenza que se desató primero y con un poco más de fuerza en México que en otros lugares, ha puesto en evidencia muchísimas fallas y virtudes de nuestro sistema.

No hay suficientes muertos, no hay escenas dramáticas de individuos colapsándose por las calles, no hay hordas desbordadas por las ciudades en busca de pan y de agua, no hay personas arrancándose unas a otras las mascarillas, no hay linchamientos, no hay carretillas con cadáveres apilados, no hay bombas ni artillería, no hay suficiente sangre. Lo que sí hay es un nuevo virus; una población entre asustada y escéptica; autoridades que, ¡oh, sorpresa!, asumen el control; la megalópolis que cierra y se encierra; algunas decenas de muertos y más de un millar de infectados; escuelas que bajan la cortina; unos cuantos mexicanos maltratados en un puñado de países; dos o tres declaraciones estridentes de dirigentes que están, o pretenden estar, enojados.

 

La nueva influenza que se desató primero y con un poco más de fuerza en México que en otros lugares, ha puesto en evidencia muchísimas fallas y virtudes de nuestro sistema. Y ha mostrado también que cuando hay que informar de y narrar sobre una crisis anticlimática, a los que nos dedicamos a la comunicación todavía nos queda mucho por aprender.

 Comencemos por algún lado: en México se decreta situación de emergencia sanitaria a raíz de la multiplicación de casos de enfermedad (y algunas muertes) por el virus de una influenza llamada primero porcina, después humana y hoy A H1N1. Aunque diversos medios ya habían mencionado la existencia de personas infectadas con una nueva forma de influenza, fue hasta la noche del 23 de abril que el grueso de la población recibió el anuncio de suspensión de clases en una zona neurálgica del país, y la imposición de medidas sanitarias hasta entonces reservadas a otras geografías. A la postre se sucederían nuevos anuncios, hasta llegar a la solicitud, en cadena nacional, del Presidente a todos los mexicanos: quédense estos días en casa para evitar contagios o la propagación del virus. Se complica el reto: cuando un país se recoge, hay que ser muy creativo o hasta inventivo para tener algo que contar.


Los medios de comunicación en México (y de otros lugares del mundo), nos dejamos llevar primero por la sorpresa de la noticia, y las nuevas imágenes que esta producía. Después vino la sospecha y el escepticismo, y había que cazar a las autoridades: irregularidades en las cifras, ¿por qué hasta ahora?, ¿no estarán exagerando?, ¿no estarán ocultando algo más grave? Entonces pasamos al relato de la víctima: de uno de los primeros contagiados (un niño avispado, con buen manejo de medios) a la mujer no atendida, al empleado obligado a trabajar aun a pesar de las prohibiciones, al mexicano maltratado en China, al varado en Buenos Aires, a la familia estigmatizada por sus vecinos. Y se acentuó lo que -si nos lo permitiéramos nos daríamos cuenta- es una verdadera pesadilla informativa: porque en realidad no estaba pasando nada, pero los medios de comunicación ya habían extendido sus horarios de cobertura.

 En un mundo acostumbrado a la información en tiempo real, al espectáculo, al drama invasivo, a la estridencia, a la cacería del sospechoso, al juicio mediático, un lapso de tiempo detenido, de gente recogida y de virus contenido es casi un hoyo negro.

Claro está que sí sucedían cosas, que el virus es real, como lo son los muertos, los enfermos, y las consecuencias funestas de todo esto en la economía y la vida de los afectados (incluido al país como tal). Pero en términos del espectáculo mediático, no había nada sustantivo con qué llenar las horas y horas de transmisión radiofónicas, los programas especiales de la televisión, los suplementos de los impresos. Cierto, los medios fueron útiles para no provocar pánico ni incitar a la desobediencia.

 Pero al paso de los días, la imposibilidad de tratar la "nada" se hizo evidente en la reiteración informativa, la multiplicación de las historias victimistas, el auto-encumbramiento de algunos comunicadores como salvadores de los agraviados (antes de que nuestro Presidente nos proclamara salvadores de la humanidad). Los medios impresos, en sus versiones online, también sufrieron el encuentro con la "nada": la actualización minuto a minuto no arrojaba datos sustantivos, porque no los había. Será tal vez, parafraseando a Kundera, que la historia estaba en otra parte.

Aún hoy, cuando empieza a quedar un poco más clara la magnitud de la crisis, seguimos enganchados en la narrativa victimista y en el vicio de atrapar la declaración del funcionario para encabezar con eso la nota. Toca tal vez comenzar otra labor, la del reportero que sigue los hilos de la historia; la del periodista de investigación que es capaz de usar y cruzar bases de datos e interrogar la realidad más allá de su inmediata percepción; la del trabajo colaborativo, que debiera ser propio del periodismo de estas épocas enredadas y que permita contrastar hipótesis, compartir enfoques y completar mosaicos. Me temo, sin embargo, que se impondrá el hábito, voltearemos a ver el siguiente escándalo y nos sumiremos en las declaraciones, las víctimas y los verdugos en turno. Servirá todavía de escudo la convicción de que los lectores y la audiencia ahí siguen. Mientras sigan, claro está.

Algunos señalan ya que los verdaderos ganadores de esta complejidad comunicativa fueron las redes sociales y la dimensión dialogante de Internet. No lo sé, pero supongo que más que un tipo de medio, lo que termina ganando es un interesante equilibrio en donde la imposibilidad de los medios tradicionales por abordar esta nada tan peculiar, se remedia con la recuperación de las voces individuales, que dialogan en la Red y fuera de ella, para darle sentido a una historia que está más allá, o en otra parte .

Cuando no hay suficientes muertos para nuestra tradicional forma de narrar e informar, estamos obligados a ser capaces de encontrar otra.

 

Gabriela Warkentin es Directora del Departamento de Comunicación de la Universidad Iberoamericana, Ciudad de México; Defensora del Televidente de Canal 22, uno de los dos canales de televisión pública en México; y conductora de radio y TV.

Hospital General Naval

Diagnostico a Posibles infectados

martes, 28 de abril de 2009

Flu Mexico CIty


REPORTAJE: Alerta sanitaria
Lo que México no responde
¿Por qué sigue muriendo gente?.-Los fallecimientos y los contagios decrecen en la capital.-El Gobierno dice ahora que sólo atribuye siete muertos a la gripe porcina


PABLO ORDAZ - México - 29/04/2009

Las muertes decaen y las dudas crecen. Lo primero calma, pero lo segundo, inquieta. El jefe del Gobierno de la ciudad de México, Marcelo Ebrard, dijo ayer que en las últimas horas el número de fallecimientos y de contagios en el Distrito Federal —principal foco del virus de la gripe— está cayendo de forma lenta, pero sostenida. Sin embargo, hay una pregunta que ninguna autoridad ha respondido aún con solvencia: ¿por qué sigue muriendo gente en México?

* México eleva a 159 las personas sospechosas de haber muerto a causa de la gripe porcina
Hasta el momento sólo se sabe que los fallecidos tenían entre 20 y 50 años



Según los expertos, el virus no es mortal si el enfermo acude al hospital nada más sentir los síntomas —fiebre alta, dolor de cabeza, congestión nasal, cansancio general—. Los médicos disponen entonces de un plazo de 24 a 48 horas para diagnosticar la enfermedad y para tratar al paciente con un fármaco antiviral llamado Tamiflu. El Gobierno de México asegura que tiene las dosis suficientes para atender todos los casos. Si esto es así, y si la población sabe desde el pasado jueves por la noche de la existencia del virus, ¿por qué entonces en México sigue muriendo gente y en el resto de los países donde se han detectado casos aún no se ha confirmado ningún fallecimiento?


La pregunta se la hizo un periodista al secretario de Salud, José Ángel Córdova, durante su última comparecencia pública. Y su única respuesta fue: "Porque aquí siguen llegando tarde". Lo único que se sabe es que los fallecidos tenían entre 20 y 50 años, que no hay niños ni ancianos entre las víctimas mortales —aunque sí entre los contagiados— y que eso parece indicar que las poblaciones vacunadas contra el virus de la gripe común están resistiendo el embate de la influenza porcina. Pero se supone. Porque —por ahora— tampoco eso se ha explicado con claridad.


Y esa opacidad aumenta los rumores en un país —no hay que olvidarlo— cuya clase política no puede presumir precisamente de transparencia. Conscientes de ello, los responsables de Salud pidieron ayer que el máximo experto gubernamental en la materia, Miguel Ángel Lezana, director general de vigilancia epidemiológica y control de enfermedades, explicara a un grupo de corresponsales extranjeros la realidad de la situación. Y su versión de la realidad es que, en contra de lo que se había dicho hasta ahora —incluso por el presidente Felipe Calderón—, de los 152 casos de muertes sospechosas de haber sido causadas por el virus de la influenza sólo existe la confirmación plena de siete, ni siquiera de 20, como también se había asegurado oficialmente. ¿Y el resto? "El resto sólo huelen a influenza", reconoció Lezana. ¿Podría pasar que, de las 159 muertes anunciadas, finalmente sólo fuesen atribuibles a la influenza 10 ó 20? "Podría ser posible". Entonces, le preguntaron los periodistas, toda esta alarma mundial... "Era la única manera de actuar, si no lo hubiésemos hecho así, en vez de 30 muertes podríamos haber tenido 3.000..."

A la espera de más respuestas, lo único cierto es que la ciudad de México sigue luchando a brazo partido contra la amenaza invisible. Mientras las autoridades federales aparecen de vez en cuando y casi por sorpresa, el jefe de Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard, tiene una presencia constante ante la población. Cuando, el lunes por la noche, se percató de que sus conciudadanos se habían volcado sobre los supermercados para hacer acopio de los alimentos fundamentales como si de una guerra se tratase, salió en las emisoras de radio para llamar a la tranquilidad y garantizar el abastecimiento. En situaciones así, y en ausencia del medicamento mágico que los libere de la pesadilla, los ciudadanos agradecen de sus políticos verdad y cercanía. En dosis suficientes.


viernes, 24 de abril de 2009

Masksico City








Usan los tapabocas para asaltar

La sucursal de la tienda Sanborns ubicada en la esquina de Acoxpa y Miramontes fue asaltada cerca de las 10 de la mañana de ayer por tres sujetos que utilizaron tapabocas para ocultar su identidad.
De acuerdo con los reportes recabados por la Secretaría de Se- guridad Pública capitalina, los
tres sospechosos vestían ropa deportiva y usaban telas como las que portan miles de capitalinos
para prevenir la propagación de la
influenza.
Empleados y vigilantes de la tienda aseguraron que los tres asaltantes ingresaron “como cual- quier persona”, sin llamar la atención por el uso de los aditamentos sanitarios. Sólo uno de los sospe- chosos portaba un arma de fuego, detallaron los testigos, quien se dedicó a amagar a vigilantes y empleados, mientras que otro vigilaba la puerta.
Con esos flancos cubiertos, el tercer asaltante se dirigió al departamento de joyería, de donde
se apoderó de piezas de relojería.
Consultado por Excélsior acerca de las medidas que se tomarán hoy en las sucursales bancarias
donde está prohibido el ingreso con objetos que cubran el rostro de los individuos–, Santander
anunció que no impedirá el ingreso a quienes lleven tapabocas. Roberto Aguirre, director eje-
cutivo de Comunicación Institu- cional del banco, aseguró que las medidas de seguridad de las sucursales son fuertes y eficaces.

—David Vicenteño y Diego Ayala Excelsior






La OMS confirma 18 muertes por una rara gripe porcina en México

El Ministerio de Salud del país cifra en 20 los fallecimientos e investiga si el virus es responsable de otros 48.- Ocho personas han enfermado debido al brote en EE UU

SALVADOR CAMARENA | México 24/04/2009

La Organización Mundial de la Salud ha confirmado este viernes 18 muertes por un inusual brote de gripe porcina en México. El Ministerio de Salud del país cifra en 20 los fallecimientos en el centro del país e investiga si el virus es responsable de otros 48. También se están registrando casos de este tipo de gripe en el sur de Estados Unidos, donde ocho personas han enfermado en Texas y California. De hecho, la OMS asegura que el brote mexicano tiene la misma estructura genética que el detectado en California.

La noticia en otros webs

Los expertos de la organización, que han admitido estar "muy inquietos" y que tienen preparadas "medidas de contención rápida", incluyendo el uso de antirretrovirales si son necesarios, se han reunido de urgencia para analizar la situación. De momento, necesitan más datos epidemiológicos para poder decretar el nivel de alerta por pandemia.

En conferencia de prensa este viernes, el jefe de Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard, aseguró que lo más importante en este momento es evitar la propagación del virus, sobre todo que por ser nuevo se pudiera dar de forma "exponencial". "Los próximos diez días son estratégicos para ganar esta batalla", agregó, subrayando que estaba en la posibilidad de informar de que el Gobierno de la República cuenta con los medicamentos para hacer frente a este nuevo virus.

"Estamos ante la presencia de un nuevo virus de la gripe, lo cual constituye una epidemia respiratoria hasta ahora controlable, cuyos síntomas son: fiebre superior a 39 grados, que se presenta de manera repentina, tos, dolor de cabeza intenso, dolores musculares y de articulaciones, irritación de los ojos y flujo nasal", dijo desde Los Pinos el ministro de Salud, José Ángel Córdova, la noche del jueves. Este viernes, Córdova aclaró oficialmente que se trata de un virus de la influenza porcina, que ya presentó casos en Estados Unidos en los años de 1976 y 1988, y se considera que esta cepa proviene del puerco euroasiático.



Cancelación de clases

El hecho de que el virus se esté transmitiendo de persona a persona -algo poco habitual- hace más rápida su propagación. Ante ello, se han cerrado las aulas. El valle de México, integrado por el Distrito Federal y el Estado de México, amaneció este viernes con toda su población estudiantil a resguardo: en torno a la medianoche del jueves, el Gobierno Federal decretó, como medida preventiva frente a este singular brote de gripe, la cancelación de todas las clases, desde el nivel preescolar hasta en las universidades.

Con la cancelación de las clases, las autoridades pretenden evitar nuevos contagios. Hasta el momento, el Ministerio de Salud ha reconocido que se investigan 943 casos, cifra en 20 las muertes e investiga otros 48 fallecimientos en lo que va de abril por este virus. Sin embargo, el número de decesos es aún poco claro. La Organización Mundial de la Salud (OMS) cifra en 800 los casos sospechosos de gripe porcina, con 57 posibles muertes, 18 de ellas confirmadas.

Cada hora que pasa, las autoridades anuncian más y más cancelaciones de actividades. Los museos cerrarán este fin de semana, justo cuando más visitantes tienen, y una multitud de otras actividades públicas, como encuentros de futbol de la liga profesional, está pendiente de confirmarse. Por su parte, el ministro de Salud sorprendió con el anuncio de que el Ministerio de Hacienda pospone el límite para la presentación de la declaración annual de impuestos del 30 de abril al 31 de marzo.

La alerta sobre este brote de gripe saltó públicamente el miércoles, cuando el periódico Reforma informaba en exclusiva a ocho columnas: "Golpea influenza al DF". El rotativo agregaba que cinco personas habían fallecido durante el fin de semana por esa gripe en hospitales públicos y privados. En declaraciones a W radio, el ministro de Salud dijo este viernes que se alertó a todo el sistema nacional de salud sobre este brote el pasado día 16.

La gripe porcina es un subtipo de la tradicional cepa H1N1 (influenza estacional), que mutó de los cerdos a los humanos, y el ministro de Salud ha descartado categóricamente que el consumo de carne o el contacto con estos animales sea un foco de contagio. Dado que el virus se transmite fácilmente por el contacto entre personas, el Gobierno recomienda a la población que evite acudir a sitios concurridos, lavarse las manos frecuentemente con agua y jabón y no saludar con besos ni con las manos.


Vacunas

El encargado de los servicios de salud del Distrito Federal, ciudad en la que se concentran la mayoría de los casos, Armando Ahued, ha indicado que están a la espera de que las autoridades federales les manden un millón de dosis de vacunas para la gripe tradicional para iniciar una campaña masiva de vacunación. Sin embargo, y en parte porque lo común es vacunarse contra la gripe antes del invierno, el número de dosis disponibles no está del todo claro, pues mientras Ahued dice que esperan un millón de dosis, el ministro Córdova ha manifestado a W radio casi de manera simultánea que ellos cuentan en este momento con sólo medio millón de vacunas. El ministro de Salud ha reconocido que se cree, aunque no está confirmado todavía, que la vacuna para la influenza tradicional puede servir para combatir la nueva variante.


La operación de suspensión de clases ha sido prácticamente un éxito pero el operativo oficial no ha estado exento de fallos, entre los que destacan dos: el Ministerio de Salud anunció que ponía a disposición del público una línea telefónica 1-800... para que aquellos con dudas pudieran comunicarlas a especialistas, pero apenas un par de horas después, y ante quejas en los medios de comunicación de que el número no comunicaba, las autoridades reconocieron que la demanda les había superado y no podían atender todas las llamadas. El otro fallo lo ha protagonizado el encargado de servicios educativos del Gobierno del Distrito Federal, quien, entrevistado por Carlos Puig en W Radio, ha confesado: "no tengo información".

La cancelación masiva de las clases es algo inédito en décadas en México, y la memoria nacional se remite hasta 1985, cuando tras el terremoto del 19 de septiembre de ese año -que dejó alrededor de 10.000 muertos y azotó básicamente a la ciudad de México-, al día siguiente, más por temor a réplicas sísmicas, las aulas quedaron vacías.

miércoles, 22 de abril de 2009

Chapultepec

Globos
Paisaje Urbano

Quién desea esto?

CIUDAD DE MÉXICO:
LA DIFAMACIÓN DE LA PESADILLA



Ciudad utópica en los comienzos, ciudad agónica del pragmatismo actual, México DF se caracteriza por la desmesura en todos los órdenes. Ninguna armonía es posible donde reinan los extremos: lo nuevo se va acomodando a lo viejo de maneras imprevisibles, hasta que del caos surge una especie de orden, siempre inestable.

por CARLOS MONSIVÁIS ensayista y narrador mexicano

En el principio era el Centro, y la nación mexicana estaba desordenada y casi vacía, y la presencia del Centro en la ciudad de México obligó a la creación de los alrededores (que se llamaron Provincia) y de los sitios lejanos, que requirieron de la compra del espacio a otros planetas o regiones, y todos supieron que el Centro lo era, no en virtud de su ubicación, sino por probar desde el inicio el axioma imperial: lo central no depende de la existencia de lo secundario, lo central no requiere de alrededores.

Asi no sera la vista siempre

Allí están los testimonios, las versiones, las recreaciones. Desde su génesis, o desde el apocalipsis que casi la inaugura el día de la caída de la Gran Tenochtitlán, el 13 de agosto de 1521, la ciudad de México ha dispuesto de cantores y de profetas aciagos, de prologuistas de sus virtudes y de transcriptores de sus bríos agónicos. Mucho antes de La región más transparente (1958) de Carlos Fuentes, cronistas y narradores localizan en la ciudad al cuerpo formidable, distinto por entero a la suma mecánica de escenarios, situaciones y existencias, y cada uno a su modo, cada uno incorporando en alguna medida lo dicho por el anterior, instalan un determinismo ni teológico ni económico, simplemente urbano: es la traza la que forja a la sociedad, es la desmesura de la ciudad capital la responsable de la psicología diferente o, si se quiere, del ánimo enlazado de quienes, desde el siglo XVI, se consideran habitando la desmesura. El cazador cazado: la condición de ciudad utópica (de aztecas, españoles, criollos, mestizos) desemboca en el pragmatismo de la ciudad agónica gracias al determinismo.
El centralismo –de que tanto se acusa a la capital– es también su atractivo irresistible. Así, y por ejemplo, ¿cómo no preferir el único ámbito donde son posibles las variantes legítimas de la diversión, para ya no hablar de las variantes inconvenientes?


México entre las rejas
Divertirse pese a la censura eclesiástica, el racismo, la represión de clase, las plagas, la incertidumbre, la violencia, los demonios del desempleo, el hacinamiento. Divertirse con el sentimiento de culpa a raya, en las buenas y en las malas, en las reyertas y en las bodas, en los velorios y en los festejos de los poderosos. Divertirse porque el relajo (el relajamiento) y el reventón (la fiesta sin sosiego) le son consubstanciales a la ciudad que a golpes demográficos deshace todos los controles, y en la que, por ejemplo, en el mismísimo y fúnebre siglo XVII, tienen lugar los primeros raves (la vivencia de la autoridad como desarreglo de los sentidos) en ocasión de la llegada de los nuevos virreyes y los obispos.


Máscaras
La multiplicación de los panes, los peces y los parientes
¿Qué propone una ciudad? ¿Cuáles son sus misterios, sus escondrijos, sus paraísos subterráneos? ¿Y cuáles los dispositivos para el deleite a bajo precio? Si a toda ciudad la caracteriza el juego entre ofrecimientos y negaciones (entre aperturas y cerrazones), a la capital de la República Mexicana, con sus catorce o quince millones de habitantes que el Valle del Anáhuac eleva hasta veintidós o veinticuatro, la distingue el cúmulo de ofertas y de dificultades para su aprovechamiento. Así, la ciudad de México es un comedero omnipresente, es el bebedero interminable, es la danza del subempleo alrededor de los semáforos, es el frotadero de almas en el vagón del Metro (los cuerpos ya no cupieron), es el depósito histórico de olores y sinsabores, es la primera comunión meses antes de la boda de los padres del niño, es el anhelo de un cuarto propio, es la unidad nacional en torno a la telenovela de moda, es el santiguarse de los taxistas al paso de los templos, es la incursión jubilosa y amedrentada en la vida nocturna, es la demanda de la tipicidad que aún sobrevive, es el alud de franquicias que subrayan la falsa y asombrosa semejanza con cualquier ciudad norteamericana.


Polaroids Especie en Extinción
Todo lo anterior se multiplica en América Latina, y corresponde a lo que, con fines de ubicación fatalista, aún se llama “Tercer Mundo”. Lo singular, lo que en el caso de la ciudad de México desafía las previsiones, es la sensación de multitud al acecho (dentro de uno mismo incluso), que transforma las predicciones ominosas en paisajes inevitables. A la velocidad de la luz no se observa bien lo dispuesto a la intimidad, y a la velocidad de la explosión demográfica menos.

Todavía, y pese a las quejas sobre la pérdida de la identidad, la ciudad de México retiene su método excepcional para integrar y subrayar diferencias y semejanzas. Admí-tase para empezar que la unidad posible proviene de la lejanía de la regimentación. ¿Qué orden se concibe para una ciudad de cinco millones de automóviles, niveles altísimos de contaminación, destrucción minuciosa de los ecosistemas, demanda urgente de tres o cuatro millones de viviendas? ¿Qué orden reconocen los casi seis millones de personas que a diario transporta el Metro, los cientos de miles de desempleados, las legiones de la economía subterránea? Si todo se mide por millones, el individualismo verdadero es la aguja en el pajar. Si el Distrito Federal jamás alcanzará la armonía, es mejor dejarle su control al azar, o como quiera llamárseles a las disciplinas imprevistas de los conjuntos. Las más de las veces, el orden en la ciudad de México es el resultado de la imposibilidad de que se advierta el desorden. La megalópolis es proteica a la fuerza, pero en lo disparatado de su desarrollo arquitectónico, en la fealdad de las construcciones autogestionarias, en los kilómetros y kilómetros que se recorren sin tropezar con estímulos visuales, se halla el gran elemento en común: la belleza (recordada o idealizada) que se desprende de la ausencia de propósitos estéticos. Y si gran parte del carácter homogéneo de la ciudad se deriva de la resignación, de la prisa por habitar en donde sea, de la escasez abrumadora de recursos, todavía hay lugar para lo inesperado, para la buena fortuna de la mirada errante.


Especie en extinción

¿Por qué llegan, por qué no se van?

Desde 1920, o la fecha que les convenga a los inicios de la estabilidad, el vértigo de la ciudad de México no ha sido en beneficio de la convivencia, sino del aprovechamiento financiero y comercial, y de la elevación de la sobrevivencia a los altares. La industria, sin vigilancia alguna ni respeto por los ecosistemas, crece con prisa salvaje y las oleadas de inmigrantes se acomodan donde pueden. Y a esta desmesura la subsidia el resto del país, que se priva de muchísimo mientras se prodigan las obras públicas de la capital: agua, pavimentación, energía eléctrica, transporte. Y, llover sobre mojado, este crecimiento intensifica aún más el abandono de las zonas rurales. Los años pasan y las causas del éxodo de las regiones son las mismas: el desastre de la reforma agraria, la monotonía sin salidas, el caciquismo, la miseria que devora raíces, el alcoholismo, las vendettas familiares, los pleitos mortales de los medios reducidos.

Locaciones *una obra mas de Slim*

En la capital, las colonias populares se multiplican, los empresarios exigen concesiones y ventajas, el Estado, ansioso del desarrollo que es sinónimo de la estabilidad, no pone obstáculos, y la ciudad se expande sin término. ¿Y qué caso tienen las medidas preventivas? La capital es el sitio para los ambiciosos, los desesperados, los ansiosos de libertad para sus costumbres heterodoxas o sus experimentos artísticos. En el país aún se vive una cultura represiva, la del tradicionalismo que espía al vecino y acecha en su propia recámara. En la capital, por lo menos, lo que hagan los vecinos no importa porque los vecinos son demasiados, cambian su domicilio con frecuencia, y no es fácil retener sus facciones, ya no se diga su comportamiento. La libertad, dígase lo que se diga, viene en gran parte del peso de la demografía.


Policia
En la fiesta y en el crecimiento salvaje se conoce a los amigos y los obituarios
Noticias de julio de 2007:
el agotamiento de los mantos freáticos, se intensifican las grandes fugas en el sistema de aprovisionamiento del agua, los delitos prosiguen con su cortejo de miedos y peticiones de mano dura, conseguir empleo es ya una variante de la búsqueda del Santo Grial, los embotellamientos o atascos son ya parte de la vida sentimental y educativa de los cientos de miles o millones de automovilistas... Por doquier, signos de lo más temible: la Ciudad de México ya tocó su techo histórico, no puede ir más allá, el Ángel de la Muerte se convierte en el Ángel del Desempleo, el que consiga un departamento barato, que contrate a un especialista en milagros para que nunca le falte el agua...


H2O Chile
Coro de lugares comunes que se consideran “vivencias”
-Es la ciudad más grande del mundo.
-Esta ciudad ya tocó su techo histórico.
-Aquí ni siquiera dan ganas de rezar. Ni el Señor distingue entre tanta gente.
-Soñé que iba solo en un vagón de Metro, y nadie empujaba, ni me vendían nada, ni contaban estupideces. Desperté angustiadísimo de la pesadilla.
-La ciudad crece en dirección opuesta a la autoestima de sus habitantes.
-Dos horas en ir del trabajo a mi casa y no fue el peor embotellamiento que me ha tocado. Con razón ya perdimos el hábito de la prisa.
-Hay tanta gente que ya se acabaron los rostros familiares.


Por mi Raza hablara mi género

Identificación a manera de pórtico

En los veinte años, para poner una fecha, las transformaciones de la Ciudad de México han sido tantas y tan extraordinarias que muchas incluso pasan inadvertidas. Así, con y sin paradojas, proceden las costumbres en épocas sin movilidad social. Sitiada por las novedades, la ciudad adopta ritmos distintos de libertades, de aperturas, de madurez crítica, por eso, adelantándose a la lentitud y la torpeza de los gobiernos y los partidos políticos, obliga a los cambios a través de la persistencia.


Secretaria de Salud

Rampa para sillas de ruedas en la SS

Nuestro Lago Color Anticongelante

¿Es acaso posible fijar el vértigo? El que se proponga fijar con precisión las transformaciones, irá siempre a la zaga. Esto parecería inexacto si, por ejemplo, se observa el discurso de la sexología, la franqueza antes inconcebible en el cine, el teatro, y las publicaciones, las novedades en televisión (Cable), etcétera. Sin embargo, todavía lo que se vive es distinto al modo en que se le valora en público. En tanto armazón declarativo, la sociedad va detrás de su propio desarrollo, y esto explica en las encuestas a la mayoría que se declara “virtuosa a la antigua” y a los que se ofenden por “la falta de respeto a la tradición”, sin reconocer lo obvio: si se observa la suma de sus acciones, la Ciudad de México es ya post-tradicional. No en todo, sí en muchísimo.*

*Por sociedad post-tradicional entiendo la que no ajusta sus procedimientos cotidianos a lo que se espera en obediencia a su trayectoria, sino a lo que determinan las exigencias duales, las de la modernidad crítica y las de la sobrevivencia.